A veces, deseamos atrapar el tiempo, registrar las imágenes que vemos cuando vivimos la experiencia del viaje, sentir la emoción del momento al entrar en sintonía con otros ambientes y culturas, con el propósito de poder recordarlos y retenerlos para siempre.
En cierto modo, nuestra identidad depende de nuestra memoria.
“Los placeres del viaje no residen tanto en llegar a donde uno quiere cuanto en las inesperadas sorpresas que ocurren durante el trayecto…” (Alan Watts).