SIN INTENCIÓN

En este caso, la fotografía desempeña el papel de registrar algo fortuito y efímero, que sucedió espontáneamente, por accidente. Las imágenes captadas pueden servir para documentar una suerte de instalación artística en la que no hubo intención alguna de ser representada. Crash y ¡eureka!

La performance continuó por sí sola, ya que el espacio en el que acontecía fue destrozado por un capricho del destino, completando el carácter casual de una intervención aleatoria, sin previa deliberación, en el que continente y contenido suponen un auténtico objet trouvé. Después de todo, queda el testimonio.

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