Durante la parte del año en que Perséfone (diosa de la primavera) se encuentra en el infierno, junto a Hades (dios del inframundo), el mundo es oscuro, gris y frío; mientras que el resto del año, en el que Perséfone habita la Tierra junto a su madre, Deméter (diosa de la agricultura), vuelve la primavera, florece y resurge la alegría de vivir.
“La obsesión por la energía regeneradora de la naturaleza queda patente en la recurrente alegoría de la primavera” (Óscar Martínez).